La diabetes, enemiga de tus ojos
Cuando
tienes diabetes y no te cuidas, pueden surgir complicaciones en tus nervios,
tus riñones y también tus ojos, llegando a producir ceguera.
El tener
diabetes te cambia la vida. Desde el momento en que te dicen que sufres de esta
condición debes empezar a actuar para mantenerla controlada. Si los niveles de
glucosa en tu sangre se suben demasiado pueden causar daños severos e
irreversibles en varios de tus órganos, incluyendo tus ojos. Los niveles
elevados de glucosa afectan tu sistema cardiovascular a dos niveles:
microvascular (pequeños) y macrovascular (grandes), dependiendo del tamaño de
los vasos sanguíneos que afectan. En el caso de los ojos, es, por obvias
razones, un daño microvascular.
Después
de los riñones, los ojos son los que más sufren los daños de una diabetes
descontrolada. Las cataratas, el glaucoma y la retinopatía que pueden resultar
en ceguera no son condiciones exclusivas de los diabéticos, pero sí aumenta el
riesgo de desarrollarlas cuando se tiene diabetes.
Para que
entiendas lo que sucede te vamos a explicar de qué se tratan estas condiciones.
·
Cataratas: Si
alguna vez has visto una catarata en un rio, entenderás por qué se le llama
cataratas a esta enfermedad: se nota que sobre tus ojos cae una gran nube de
vapor que no nos deja ver claramente. Las cataratas ocurren porque el
cristalino o lente del ojo, se “nubla”. El cristalino está compuesto por
agua y proteínas. Cuando se acumulan las proteínas, forman grumos, los cuales
forman una especie de película gris o blanquecina que cubren el cristalino y
obstruyen el paso de la luz. Las cataratas pueden causar ceguera
·
Glaucoma: Dos
terceras partes de los casos de glaucoma en Estados Unidos se deben a la
diabetes tipo 2. El glaucoma es también la causa principal de ceguera en este
país. El glaucoma es la presión elevada en el ojo, que eventualmente causa
lesiones en el nervio óptico y produce la pérdida de visión en uno o ambos ojos.
·
Retinopatía: La causa
de esta condición es el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan a la
retina en el fondo del ojo. Cuando los vasos sanguíneos están debilitados es
posible que se escape líquido o sangre de ellos y se formen ramas frágiles en
forma de cepillo que pueden agrandarse en ciertos lugares. Cuando la sangre o
el líquido se salen, forman un tejido fibroso que hace que la imagen que se
envía al cerebro sea borrosa. Las personas que han padecido de diabetes (ya sea
tipo 1 o tipo 2) durante más de 10 años, corren un gran riesgo de desarrollar
retinopatía diabética. La presión arterial alta y los niveles de azúcar
elevados en la sangre contribuyen a esto. Eventualmente, la retinopatía puede
causar el desprendimiento de la retina, y por consiguiente, la ceguera.
Sin
embargo, es importante que sepas que en ocasiones, estas enfermedades se
desarrollan y avanzan silenciosamente. Por eso es importante que si padeces de
diabetes, te examines los ojos regularmente con un especialista. Esto podría
salvar tus ojos y tu vista.
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