Retinopatías
¿Qué es?
La retinopatía son las enfermedades que afectan la retina,
el grupo de células sensibles a la luz que recubren la parte posterior del ojo.
La retina contiene células nerviosas que traducen lo que ve en impulsos
eléctricos. Estos impulsos son transmitidos al cerebro, que los interpreta.
La retina contiene muchos vasos sanguíneos. Las anomalías en
estos vasos causan varias formas de retinopatía. La retinopatía puede causar
pérdida parcial de la visión o ceguera total; puede desarrollarse lentamente o
de repente; puede mejorar por sí sola en cualquier momento o causar daño
permanente, según su causa y el grado de propagación.
Algunos tipos de retinopatía no tienen una causa clara. No
obstante, casi todas las formas de retinopatía están causadas por una enfermedad
desconocida. Los tipos de retinopatía causadas por enfermedades incluyen:
Retinopatía del
prematuro: ocurre en algunos niños prematuros o nacidos con bajo peso. Los
vasos sanguíneos de la retina se desarrollan en la parte posterior del ojo y cubren
el área de la retina. En un niño prematuro, no hay tiempo suficiente para que
este proceso termine. Las etapas iniciales de la enfermedad causan daños leves
sin la presencia de síntomas claros. En las etapas más avanzadas, la retina
puede desprenderse y causar ceguera.
Retinopatía diabética:
se desarrolla en personas con diabetes. Existen dos tipos de retinopatía
diabética que pueden causar la pérdida de la visión: retinopatía no proliferativa y retinopatía proliferativa.
En la retinopatía no
proliferativa los vasos sanguíneos en la retina se deterioran; estos vasos
sanguíneos deteriorados pueden obstruirse o desarrollar deformidades parecidas
a un globo, llamadas aneurismas. Los líquidos, las grasas y las proteínas se
filtran por los vasos sanguíneos normales. Los líquidos pueden almacenarse en
el área de la retina responsable de la visión aguda. La inflamación (edema) de
la mácula deteriora la visión necesaria para leer y para realizar trabajo
minucioso.
En la retinopatía
proliferativa, los vasos sanguíneos nuevos y estructuralmente inestables
crecen sobre la superficie de la retina. Estos vasos sanguíneos inestables
causan hemorragias pequeñas y frecuentes, que ocasionan irritación local con
formación de cicatrices. En áreas que tienen cicatrices, la masa clara de gel
entre el cristalino y la retina, llamada humor vítreo, puede adherirse a la
retina. Esta unión entre la retina y el humor vítreo finalmente deforman el
humor vítreo. Esta fuerza puede desgarrar las capas de la retina y hacer que
ésta no funcione. Esta separación de las capas se conoce como desprendimiento
de retina y es una de las consecuencias más serias de la retinopatía
proliferativa. El sangrado repentino dentro del humor vítreo también puede
nublar la visión, a menudo muy repentinamente. La retinopatía diabética tarda
años en desarrollarse, pero está presente en casi el 80% de las personas con
diabetes tipo 1 y 2 que se tratan con insulina y que han tenido diabetes más de
20 años. Las personas que no tratan su diabetes con insulina son menos
propensas a desarrollar retinopatía, con el 20% de los casos con anomalías en
los ojos 20 años después de haber sido diagnosticados con diabetes. Las
personas con retinopatía diabética generalmente también sufren daño renal
debido a la diabetes.
Retinopatía
hipertensiva: ocurre en personas que tienen presión arterial alta
(hipertensión). Está causada por el engrosamiento de las arterias pequeñas. A
pesar de las complicaciones potencialmente serias de la presión arterial alta,
las personas con esta enfermedad frecuentemente no presentan síntomas. La
retinopatía hipertensiva a veces se descubre durante un examen de rutina de la
visión. La presión arterial alta causa anomalías en los vasos sanguíneos,
incluidos obstrucción de los vasos sanguíneos de la retina y sangrado de estos
vasos. Estos cambios podrían afectar la visión en las etapas iniciales. La
presión arterial muy alta y repentina podría causar inflamación del nervio óptico
(papiledema).
Retinopatía serosa
central: comienza por causas que no son bien claras. En esta condición, los
líquidos se acumulan en la membrana detrás de la retina, llamadas coroides.
Este líquido se filtra entre las capas de tejido en la retina y las separa, lo
que causa visión borrosa o una visión nocturna disminuida. Esta condición
generalmente afecta a los hombres entre los 20 y 50 años de edad. Los
desencadenantes sospechosos incluyen medicamentos esteroides, embarazo,
antihistamínicos, antibióticos, abuso de alcohol, alergias nasales o asma,
problemas autoinmunes e hipertensión no tratada. No está claro si el estrés
emocional podría también desencadenar esta forma de retinopatía.
Síntomas
Retinopatía del
prematuro: no existen signos físicos externos. Solo un oftalmólogo
experimentado que examine el ojo a través de una pupila dilatada puede detectar
signos de esta enfermedad.
Retinopatía diabética:
los síntomas podrían no detectarse hasta las etapas finales de la enfermedad y
estos pueden incluir:
·
visión borrosa
·
pérdida repentina de la visión en uno o ambos
ojos
·
puntos negros
·
luces intermitentes
·
dificultad para leer o ver trabajos minuciosos
Retinopatía
hipertensiva: en general no hay síntomas, aunque algunas personas se quejan
de visión borrosa.
Retinopatía serosa
central: los síntomas incluyen:
·
visión obscurecida o borrosa
·
puntos ciegos
·
formas distorsionadas
·
agudeza visual reducida
·
Diagnóstico
Prevención
Retinopatía del
prematuro: el primer tratamiento de defensa es al cuidado prenatal
constante para prevenir el nacimiento prematuro y las complicaciones durante el
nacimiento. Los bebés prematuros y con bajo peso deberían ser examinados para
detectar retinopatía del prematuro si nacieron antes de la semana 36 de
gestación o si su peso fue menor 2kg. Dado que la retinopatía puede estar
causada o empeorar por no tener suficiente oxígeno luego del nacimiento o por
recibir demasiado oxígeno, los niveles de oxígeno se controlan rigurosamente y
se regulan adecuadamente.
Retinopatía diabética:
los controles de azúcar en sangre y de la presión arterial son esenciales para
prevenir la retinopatía diabética. Los médicos realizan los controles de azúcar
en sangre al medir un tipo de hemoglobina, llamada hemoglobina A1C. Su usted
puede reducir el promedio de azúcar en sangre, reducirá el riesgo de sufrir de
retinopatía en un 35% en los próximos 10 años. Los exámenes en la visión anuales
son cruciales para las personas con diabetes. Si la retinopatía proliferativa o
no proliferativa se descubre durante un examen anual, su médico probablemente
le recomendará realizarse exámenes de la visión más a menudo. El tratamiento
puede empezar antes de que la visión se vea afectada y puede demorar su
deterioro.
Retinopatía
hipertensiva: evite la presión arterial alta realizando ejercicios físicos,
manteniendo un peso corporal apropiado, siguiendo una dieta alimenticia sana y
visitando al médico para realizarse controles regulares.
Retinopatía serosa
central: dado que aún no son claras las causas posibles de esa enfermedad
es difícil prevenirla. Muchos casos de retinopatía serosa central han estado
asociados con un tratamiento a base de corticosteroides, por eso, es importante
minimizar el uso de corticosteroides y la duración del tratamiento.
Pronóstico
Retinopatía del
prematuro: en la mayoría de los bebés afectados, esta afección mejora por
sí sola sin tratamiento y los vasos sanguíneos anormales desaparecen. Sin
embargo, los casos más avanzados pueden causar otros problemas en la visión,
incluida la ceguera. Los niños con retinopatía del prematuro tienen un alto
riesgo de sufrir de desprendimiento de retina, catarata, glaucoma, ojos bizcos
(estrabismo), ojo perezoso y problemas para ver de lejos.
Retinopatía
diabética: el pronóstico depende de la frecuencia con que se controle la
presión arterial y los niveles de azúcar en sangre, del progreso de la
enfermedad y de la frecuencia con que se controle la enfermedad. Los
tratamientos pueden reparar la lesión y retrasar el progreso de la enfermedad.
Las etapas avanzadas de la retinopatía diabética conducen a la ceguera.
Retinopatía
hipertensiva: la mayoría de los cambios en la retina causada por
retinopatía hipertensiva desaparecen después de haber disminuido la presión
arterial.
Retinopatía serosa
central: la mayoría de los casos desaparecen por sí solos dentro de los
tres a cuatro meses. La agudeza visual usualmente se reestablece dentro de los
seis meses. Los síntomas permanentes pueden incluir distorsión, sensibilidad de
contraste disminuida y dificultad con la visión nocturna. Es común que esta
condición regrese.
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