¿Cómo ver un eclipse de sol de forma segura?
Un eclipse
de sol es uno de los fenómenos astronómicos que más llama la atención, pero
hemos de tener en cuenta una serie de advertencias de seguridad si no queremos
sufrir daños en nuestros ojos:
La luz del sol puede provocar daños en la retina aunque no se sientan molestias al mirar al sol por efectos mecánicos, térmicos o fotoquímicos, o una combinación de ellos.
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Los daños
mecánicos ocurrirían al exponer a luz muy intensa de forma breve.
- Los daños
térmicos (fotocoagulación) resultan de exposiciones intensas aunque breves que
generan un aumento de la temperatura retiniana.
-
Los daños
fotoquímicos se producen por reacciones fotoquímicas retinianas causadas por la
exposición prolongada a la luz, aunque esta sea de menor intensidad.
Unas breves
recomendaciones para observar sin riesgos un eclipse serían las siguientes:
Nunca debe observarse el sol directamente, ni a través de cámaras ni de
instrumentos como son telescopios o prismáticos.
No utilizar filtros caseros no homologados (películas fotográficas veladas,
gafas de sol, radiografías, cristales ahumados,...) ya que, o bien, no filtran
todas las radiaciones en el factor requerido para no resultar perjudiciales, o
bien, no filtran todo el intervalo de longitudes de onda al que
fisiológicamente responde el ojo humano (del infrarrojo al ultravioleta).
No observar nunca la imagen del sol reflejada en un espejo ni en el agua.
Se recomienda el uso de filtros homologados y conocidos como gafas de
eclipse, que se venden en ópticas, planetarios y tiendas especializadas. Es muy
importante que estén homologadas conforme a la directiva europea 89/686/EEC
sobre equipos de protección personal y que en su etiqueta contengan impresas
las instrucciones de uso.
Aún a pesar
del uso de dichas gafas de eclipse, la observación del eclipse ha de producirse
durante periodos de tiempo inferiores a un minuto con intervalos de descanso de
medio minuto. Estas gafas no sirven para que, con ellas puestas, podamos
observar el eclipse a través de instrumentos ópticos (por ejemplo, unos
prismáticos) pues requieren unos filtros profesionales.
Lo más recomendable sería observar el sol a través de una proyección de su
imagen en algún tipo de pantalla situada a la sombra.
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